"Así no se puede vivir", se quejan en el asentamiento ilegal lindante con el Nuevo Gasómetro
"Que se lleven cuanto antes para Boedo a estos negros indocumentados que viven entregados al vandalismo, al tráfico de drogas, a la promiscuidad familiar, al intercambio de gérmenes, al robo de cables y al crimen organizado", es el airado -y, acaso, lindante con la xenofobia- reclamo que los habitantes de los barrios de emergencia del Bajo Flores reiteran a partir de los hechos de violencia ocurridos en los últimos meses en las instalaciones del club San Lorenzo. "Que se vuelvan, con sus horrendas costumbres foráneas de caos e higiene urogástrica, a su país de origen, Almagro", piden los residentes del asentamiento conocido como Villa 1-11-14.
La sucesión de deportistas juveniles acuchillados en las instalaciones del club, intentos de agresión a árbitros y enfrentamientos con fuerzas policiales, y el clima generalizado que se vive en San Lorenzo, han llevado que los habitantes de las villas del Bajo Flores se sumaran al reclamo de "reparación histórica" que el club lleva adelante para que el Estado les restituya los terrenos de Avenida La Plata sobre los que se ubicaba el Viejo Gasómetro.
"Exigimos que estos violentos se vayan de acá y nos dejen el Bajo Flores a los vecinos que llegamos para trabajar y delinquir en paz, sin que nuestros negocios dependan de la locura que desata un gol en offside, una expulsión discutible o un descenso a la B Nacional", piden los habitantes del peligroso asentamiento porteño.
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