Por Hugo Romeo Guerra
Revista Barcelona - Año 6 Nº159
No hay nada que hacer: cuando un equipo empieza a jugar bien, si los resultados no acompañan, la gente pierde la paciencia, el periodismo presiona, y finalmente los dirigentes echan al técnico.
Este sorprendente San Lorenzo de Alberto Fanesi -interino contra su voluntad, qué duda cabe- jugó dos partidos, apenas. Antes de jugar el segundo, ya sabíamos que el destino de Fanesi estaba sellado y que sería reemplazado por Diego Simeone. No voy a extenderme sobre el Cholito en esta ocasión: su último River me encandiló, los lectores de esta columna lo saben bien. Voy a concentrarme ahora en Fanesi, ninguneado por la prensa, tratado como un simple calientabanco por los dirigentes, humillado por sus propios jugadores.
San Lorenzo jugó bien en el 0-1 contra Vélez, pero deslumbró ante San Martín de Tucumán. Los medios, claro, hablan del 0-3 y de nada más que eso. Yo prefiero poner foco en otra cosa: en la elegancia de Santiago El Indiecito Solari (aquel suplente de lujo del Real Madrid y del Inter que ahora da cátedra en nuestro fútbol doméstico); en la condición de patrón indiscutido de Cristian Ledesma (ya lo había demostrado en la última selección de Basile, ahora vuelve a levantar la cabeza en el Ciclón de las Estrellas); en Gonzalo Lavandina Bergessio (eficaz y hábil como pocos); y en Fanesi, el sabio, experimentado estratega, provisional encargado de guiar el cohete a la Luna.
Marcelo Tinelli armó un plantel vistoso y virtuoso, casi como su ya histórico Bailando por un Sueño. Este San Lorenzo hecho a su imagen y semejanza tiene sus Ximena Capristo, su Jéssica Cirio, su Valeria Archimó, su Pampita, su Karina Jelinek, su Carla Conte. Tiene, además, al hermano de Liz Solari y tendrá, desde el domingo (NdE: Nota copiada textualmente de la Revista), sentado en el banco, al esposo de Carolina Baldini.
Es cierto que cuando hay tanta estrella junta se generan, a veces, discusiones entre bastidores. Los que brillan discuten entre sí: los mediocres, no.
Alberto Fanesi tuvo el privilegio de pasar por allí durante dos fechas. Los resultadistas dirán que su San Lorenzo perdió los dos partidos que jugó y que el último 3 a 0 con San Martín de Tucumán tuvo visos de oprobio. Los que amamos este juego sabemos que el fútbol admite tres resultados posibles: San Lorenzo podrá perder 3 a 0, pero su fútbol glamoroso y televisivo sigue intacto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario