El teléfono rojo

Por Lucho Roccasalvo

Desde el nacimiento, Dislate Azulgrana tiene sólo dos compromisos: con sus lectores y con la verdad. Si bien se iniciaron diversas gestiones para, además, agregar algún sponsor, aún no han dado los resultados esperados, por lo que sólo aquéllos son los destinatarios de nuestros continuos esfuerzos.

En ese plan, la noche del domingo fue rica para la investigación ya que, burlando las más férreas medidas de seguridad informática y comunicacional, Dislate pudo tener acceso exclusivo y directo a la conversación entre dos de los más altos dirigentes del deporte local.

Empleada: - Sí, señor, ya le comunico con Don Julio.
Sr. Rafa: - Grazia, quedido. (Tapando el auricular) Vizte, Hétor, Julio no atiende a nadiez loz domingoz, zalvo a mí, podque me apdezia muchio.
Sr. Julio: (Tapando el auricular) - Nena, tené cuidado con los dientes, querida, me vas a lastimar. Esperá que atiendo al retardado de tu papi y ahora seguimos. Mientras tanto, atendelos un poquito a los otros muchachos. (Al interlocutor) Rafita, maestro, felicitaciones, querido. Yo sabía que ustedes ganaban. Ya lo tienen en el bolsillo. Recién se lo decía a tu nena, que está haciendo una pasantía acá. Bah, nos la estamos pasando, en realidad (carcajada y carraspera).
Sr. Rafa: - Grazia, Don Julio. Fue muy difízi, no crea. Enzima, ezoz boludoz de Adgentinoz contaron lo de la valija de Marzelo. Ze armó un kilombo bárbaro acá.
Sr. Julio: - No te hagás problemas, querido. Ahora necesito que me hagas un favor, pero no tenés que contarle a nadie de esta charla.
Sr. Rafa: - Zí, Don Julio, pod zupuezto. Qué nezezita?
Sr. Julio: - Ahora va el Ruso para la oficina para ocuparse de la organización de la fiesta de Bo ..., bueno, el triangular ése que hay que hacer. Pero yo necesito que se termine el sábado, así que el tercer partido no se va a jugar. Entonces, como vos sabés que sos mi bol..., mi preferido, te voy a dejar que jueguen ustedes los dos primeros partidos, así ganan y ya está.
Sr. Rafa: - En zedio? Grazia, Jefe. (Tapando el auricular) Vizte, Hétor, yo te dije: eztá todo arreglado. Me lo dijo él mizmo. Zomoz campeone zotra vé! (Ruido de fondo, parece escucharse "Callate, pelotudo, no ves que te empomó de nuevo?")
Sr. Julio: - Bueno, Rafita, te dejo. Lo que sí, te vamos a recortar un poquito las entradas para ustedes y por ahí te toca algún árbitro que parece chivo. Decíle a Héctor que no rompa las pelotas con las radios, que le mando 2000 populares para que él haga lo suyo. Vos no te preocupes: yo me ocupo. Te mando un beso, querido.
Sr. Rafa: - Zí, Don Julio, no ze haga problema. Vizte, Hétor? Hay que andar bien con el Jefe. A la larga, ziempre zalíz ganando...