Por Cámelo Benito (C.B.), o al revés...
Luego de la muerte de su partido político y del escandaloso abandono de sus principios para aliarse a un amigo de su supuesto enemigo y referente de los Grupos Inversores que años atrás dijo combatir, George Ladrey, quien hasta el momento no padecía de ningún trastorno de dicción, comienza a zezear y a tartamudear al verse súbitamente coronado como Vice II del CASLA. “Pe-pero… ¡qué cagadón!, me eztoy pa-pa-parez-z-ziendo a Zazaza…”, señala al tomar consciencia de su nuevo mal.
En el marco de un club que comienza a ser acosado por el fantasma del descenso, a punto de caer en bancarrota y desesperadamente necesitado de un líder, George acude a un excéntrico terapeuta del lenguaje que utiliza técnicas muy poco convencionales para solucionar problemas como el suyo. “Da-dale gaz, mazter, q-q-que azí no le pu-pu-puedo zerruchar el zoppi al pa-paragua y te-te-tengo máz d-d-de un inzendio pa-para apagar en la Afip…”, revela el paciente al especialista. Tras un comienzo complicado, ambos acuerdan profundizar la implementación de un tratamiento poco ortodoxo y llegan a desarrollar un vínculo indestructible.
Gracias a eso, más el apoyo de su fracción arribista dentro del Oficialismo, George supera sus dificultades oratorias y pronuncia un discurso memorable que inspira al pueblo SanLorencista a mantenerse unido ante la debacle, aunque -con el paso del tiempo- comienza a desarrollar nuevas similitudes con respecto al aludido ex Presi del CASLA, vinculadas con la idiotez, la flojera, la negligencia y la corrupción, entre otras cuestiones que no vienen al caso (si lo que uno quiere, en definitiva, es que la peli tenga un final feliz).
Basada en una historia VERAZ.
En el marco de un club que comienza a ser acosado por el fantasma del descenso, a punto de caer en bancarrota y desesperadamente necesitado de un líder, George acude a un excéntrico terapeuta del lenguaje que utiliza técnicas muy poco convencionales para solucionar problemas como el suyo. “Da-dale gaz, mazter, q-q-que azí no le pu-pu-puedo zerruchar el zoppi al pa-paragua y te-te-tengo máz d-d-de un inzendio pa-para apagar en la Afip…”, revela el paciente al especialista. Tras un comienzo complicado, ambos acuerdan profundizar la implementación de un tratamiento poco ortodoxo y llegan a desarrollar un vínculo indestructible.
Gracias a eso, más el apoyo de su fracción arribista dentro del Oficialismo, George supera sus dificultades oratorias y pronuncia un discurso memorable que inspira al pueblo SanLorencista a mantenerse unido ante la debacle, aunque -con el paso del tiempo- comienza a desarrollar nuevas similitudes con respecto al aludido ex Presi del CASLA, vinculadas con la idiotez, la flojera, la negligencia y la corrupción, entre otras cuestiones que no vienen al caso (si lo que uno quiere, en definitiva, es que la peli tenga un final feliz).
Basada en una historia VERAZ.
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