¡BIENVENIDO CARUSO A SAN LORENZO!!! (Un éxito más de la gestión Charly BArdo)

Por CrOsTI (@CrOsTINoblErreR)

El mandamás azulgrana, Charly BArdo, cansado de que lo tomen por un goma de la estatura de Rafita Zazaza, decidió tomar el toro por las astas y salir a buscar a quien gran parte de los SanLorencistas votaron en las redes sociales (?) para hacerse cargo del plantel profesional (?) de fútbol (?).


El Cabecita de Ajo, pensó: "Esta es una tarea para un Iluminado, un Estadista, en fin, ¡esta tarea lleva marcada a fuego mi nombre y apellido!".

Acto seguido, subió a su vehículo de origen alemán, puso primera y partió raudo. De inmediato, se sintió un estruendo y una puteada en guaraní. Acostumbrado a pilotear yates, la conducción de un automóvil (al igual que la del club) le genera múltiples inconvenientes.

Con el objetivo entre cejas no dudó, dejó el vehículo y se dirigió a la Estación Constitución para tomar el rápido (con Aire Acondicionado y Wi-Fi) de las 15:28 hs a Quilmes. Para recordar lo que debía hacer, se ató un hilo al dedo meñique de su mano izquierda, y escribió con bolígrafo azul el apellido del “Salvador del CASLA” en la otra mano.

Como llegó muy sobre la hora de salida de la formación, tuvo que viajar parado, teniendo la fortuna de encontrar una agarradera colgante libre, a la que se aferró y no soltó, hasta la llegada a su destino.

Una vez en el andén vio el hilo atado a su dedo y recordó el motivo de su viaje. Abrió la palma de su mano derecha y comprendió, horrorizado, que el plástico del pasamanos, mezclado con su sudor de chipá, dejaron ilegible el apellido del DT que nos redimiría de todos los males.

Angustiado, acercaba y alejaba su mano para ver si ese borroneado indescifrable daba paso a una combinación de letras que le recordara aquel apellido que le soplaran, oportunamente (?), sus asesores, un par de horas antes.

Ese manchón azul lavable trazo grueso, sus ojos cansados, y su corta imaginación le devolvían enigmáticos patronímicos que iban desde Chirkjñxullo hasta Capwoplaq, pasando por los más comunes, como Pérez, Gómez o Spicciafuocco; pero comprendió que para tener éxito debía actuar con naturalidad, ser él mismo: lloró, lloró y lloró y así logró captar la atención de un agente del orden (?), un guarda y un ciruja, a los que relató sus peripecias, mostrando la palma peluda de la mano, como si se la estuviera por leer una gitana hermosa.

Prontamente, los tres se enfrascaron en todo tipo de elucubración sobre el difuso mensaje, hasta que llegaron a la conclusión que decía "Puto el que lee". Al despertar, luego de la golpiza, pudo divisar que los tres comedidos se alejaban.

Pero sucedió el milagro, de una disquería cercana a la estación surgió, nítida, la voz del tenor Andrea Bocelli gorjeando el tema "Caruso". Presuroso, corrió eufórico (?) hacia la calle, asustando a un cusquito que dormía plácidamente, quien reaccionó mordiéndole los tobillos, aunque alcanzó a parar un taxi.

"¿Sabe donde vive Caruso? Tengo que contratarlo", le dijo al conductor quien, vertiginosamente, lo condujo por las calles quilmeñas hasta dar con la dirección exacta (?).

La negociación fue súbita. Caruso le dijo que estaba hace tiempo sin trabajo (?), que la gente era injusta y que después del éxito nadie lo convocaba. Esas palabras fueron miel a los oídos (maltratados en este último tiempo) de Charly. "¡Vamos!", se alentó a si mismo, "este está desesperado por laburar, lo arreglo por dos mangos y me subo el mutuo de 33 a… ¡35 palitos!!!".

Pidió un teléfono y comunicó la buena-nueva a sus pares de Comisión Directiva. "Junten a todo el periodismo, ¡Ya tenemos a Caruso! ¡En una hora llegamos!!!".

"Señoras y Señores, con Uds.... ¡Caruso!!!"

Brian "Gamuza" Caruso