Por Lucho Roccasalvo
Era el final. Sigmund Timelli, flamante adquirente (en las sombras) del paquete accionario de Dislate Azulgrana, CEO de Claro, muralista de tatuajes de dudosa valoración estética y reputado drapie, convocó de urgencia al Directorio de la firma Dislate Azulgrana Inc..
Corrían las 20.12 del jueves 5 de marzo. El tema era uno: la empresa presentaría en las primeras horas de este viernes un pedido para que la Justicia Comercial decretara su propia quiebra.
La rotura de ligamentos del artista exclusivo de la Cía. tornaba inverosímil la posibilidad de que Dislate continuara siendo el medio sensación del 2009, penetrando cada hogar azulgrana y generando ingentes dividendos para ElectroVeterinaria, el grupo devidista del que Timelli era el testaferro más visible.
Gritos destemplados de CrOsTI (devenido redactor estrella por su desmedida ambición y la vagancia del resto del Staff) y StoneCapp (Market Researcher Chief de DA) enmarcaban un momento crucial de la vida del emprendimiento que venía sirviendo como centrifugadora de dinero de la canjeadora de cheques con sede en la calle México.
Gritos destemplados de CrOsTI (devenido redactor estrella por su desmedida ambición y la vagancia del resto del Staff) y StoneCapp (Market Researcher Chief de DA) enmarcaban un momento crucial de la vida del emprendimiento que venía sirviendo como centrifugadora de dinero de la canjeadora de cheques con sede en la calle México.
Timelli firmó el escrito redactado por Mariano Cúneo Marsanz, quien embolsó sus honorarios sin un ápice de interés por el destino de la firma a la que asistía legalmente. Mudo asistente, el plasma de 126 pulgadas reproducía un partido de fútbol que se disputaba en Leopoldo Jacinto Luque, República de Presidente Stroessner. Timelli escuchó el lacerante improperio de StoneCapp:
- Nos quebraste, y encima no estuviste cuando goleamos a los TiraMaíz el domingo, Yetattore.
- Nos quebraste, y encima no estuviste cuando goleamos a los TiraMaíz el domingo, Yetattore.
- No seas impertinente, Stone -respondió el superior-. Vos fuiste el nabolín que puso la encuesta sobre el Bolsa de Papas, y ahora nos quedamos sin estrella.
Mientras procuraba acallar las quejas de sus dependientes, levantó su vista por un instante, casi de manera refleja. Segundos después, Timelli tomó el escrito recién firmado y lo hizo trizas. "La puta que vale la pena estar vivo, muchachos", bramó mientras intentaba abrazar a CrOsTI, con las dificultades que el creciente abdomen del Clown Azulgrana oponían. "Yo sabía que Dios no me iba a dejar en la estacada. Nace otra estrella".
El Staff, atónito y desconcertado, posó sus ojos en el tubo de rayos catódicos. Allí, con el timming de un penal cometido por Bottinelli, el satélite traía el nacimiento de un nuevo astro. Bruno Salvado, reemplazante del Gran Agustín, acababa de devolver al centro del área chica un rebote inexplicable ante un tirito de un volante local, inaugurando otro papelón internacional. Parafraseando al cuasiinmortal Víctor Sueiro, Timelli sentenció: "Esto ... recién empieza".
La madrugada encontró al grupete empapado en alcoholes, untado en mermelada de rúcula, snifando camembert y enfiestado con Jésica Pompilio.
Mientras procuraba acallar las quejas de sus dependientes, levantó su vista por un instante, casi de manera refleja. Segundos después, Timelli tomó el escrito recién firmado y lo hizo trizas. "La puta que vale la pena estar vivo, muchachos", bramó mientras intentaba abrazar a CrOsTI, con las dificultades que el creciente abdomen del Clown Azulgrana oponían. "Yo sabía que Dios no me iba a dejar en la estacada. Nace otra estrella".
El Staff, atónito y desconcertado, posó sus ojos en el tubo de rayos catódicos. Allí, con el timming de un penal cometido por Bottinelli, el satélite traía el nacimiento de un nuevo astro. Bruno Salvado, reemplazante del Gran Agustín, acababa de devolver al centro del área chica un rebote inexplicable ante un tirito de un volante local, inaugurando otro papelón internacional. Parafraseando al cuasiinmortal Víctor Sueiro, Timelli sentenció: "Esto ... recién empieza".
La madrugada encontró al grupete empapado en alcoholes, untado en mermelada de rúcula, snifando camembert y enfiestado con Jésica Pompilio.
Dislate no se vende, señores. Y está más vivo que nunca.
Amén.
1 comentario:
Aguante Dislate
Aunque un poco trágico todo...
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