El defensor está enojado, sospecha de quién lo quiere voltear pero no da nombres. "Ya que hay tantos soplones, que me sopleteen ésta", remata.
¿Se acerca el momento de la salida? Tula no confirmó ni negó nada pero la situación parece irreversible.
Cristian Tula está nervioso. No se arrepiente de la decisión que tomó: romperle la trompa al buchón, al alcahuete, al soplón, según sus dichos.
Mientras sus compañeros se entrenan en Mar del Plata, él atiende a Mundo Deportivo diez minutos porque "me estoy por ir a la Federación de Box, la idea es no perder ritmo".
--¿Pensás que se va a solucionar lo de la deuda?
--A esta altura me chupa un huevo... Y si no se soluciona... Vamos a ver.
--Hablando de ver... ¿Viste el diario hoy?
--No, yo no leo. Pero ya estaba enterado del tema porque, como hay un par de pendejos que juegan en la cuarta, y a los que amenazo con sacarle las muelas con el dedo meñique, me llamaron para contarme lo que iba a salir
... Lo que iba a salir, y que salió, es que un jugador le dijo a Savino que él ponía la plata que se le debía a Tula a cambio de que no volviera al grupo.
--¿Y vos qué le dijiste a ese pibe?
--Lo felicité por cuidar su dentadura. Yo le dije "vos zafás de pedo, pero al forrito ‘ese’ mañana le doy carne por popa". ¿Estuve mal? ¿Estuve mal?
--Ehhh… ¡No! ¡No! ¡Para nada! No es muy agradable que digan algo así de vos.
--Es feo, sí. Y viniendo de un compañero duele, igualmente, más le va a doler a él el ojete cuando lo agarre... Si ese compañero pone la plata es porque la gana fácil. Yo me la trato de ganar con esfuerzo. Parece que reclamar fuera una mala palabra, mala palabra es, por ejemplo, mandate a vos a la recalcada concha de tu hermana ¿no? Yo reclamo lo que me gané trabajando ¿estás de acuerdo o no? ¡Jugate! ¡Cagón!
--¡Si si! ¡Tenés razón! ¡Tenés razón! ¡Claro! ¿Te llevás mal con algún compañero?
--Yo tengo buen trato con todos. Existen diferencias como en todos lados, pero, es fácil, si tienen huevo me lo dicen en la cara y listo, si se la bancan…
--Lo que pasa es que las diferencias de ustedes se notan demasiado.
--Que dejen de romperme las pelotas, cada uno se junta con quien quiere... Pero eso no quiere decir que nos odiemos... De mi parte estoy tranquilo. Además, cada vez que jugamos no se notaron las diferencias. Las diferencias las arreglamos en el vestuario, decile a Centeno que te cuente…
--¿Qué te dijo Russo cuando le contaste tu situación y la decisión que tomaste?
--Nada. No le gusta que lo garroteen, es vivo. Le expliqué que estaba dispuesto a cagar a trompadas a cualquier ganso que se me cruce, él incluido.
--¿Sentís que te están haciendo el vacío?
--No, los riñones y las mollejas.
¿Se acerca el momento de la salida? Tula no confirmó ni negó nada pero la situación parece irreversible.
Cristian Tula está nervioso. No se arrepiente de la decisión que tomó: romperle la trompa al buchón, al alcahuete, al soplón, según sus dichos.
Mientras sus compañeros se entrenan en Mar del Plata, él atiende a Mundo Deportivo diez minutos porque "me estoy por ir a la Federación de Box, la idea es no perder ritmo".
--¿Pensás que se va a solucionar lo de la deuda?
--A esta altura me chupa un huevo... Y si no se soluciona... Vamos a ver.
--Hablando de ver... ¿Viste el diario hoy?
--No, yo no leo. Pero ya estaba enterado del tema porque, como hay un par de pendejos que juegan en la cuarta, y a los que amenazo con sacarle las muelas con el dedo meñique, me llamaron para contarme lo que iba a salir
... Lo que iba a salir, y que salió, es que un jugador le dijo a Savino que él ponía la plata que se le debía a Tula a cambio de que no volviera al grupo.
--¿Y vos qué le dijiste a ese pibe?
--Lo felicité por cuidar su dentadura. Yo le dije "vos zafás de pedo, pero al forrito ‘ese’ mañana le doy carne por popa". ¿Estuve mal? ¿Estuve mal?
--Ehhh… ¡No! ¡No! ¡Para nada! No es muy agradable que digan algo así de vos.
--Es feo, sí. Y viniendo de un compañero duele, igualmente, más le va a doler a él el ojete cuando lo agarre... Si ese compañero pone la plata es porque la gana fácil. Yo me la trato de ganar con esfuerzo. Parece que reclamar fuera una mala palabra, mala palabra es, por ejemplo, mandate a vos a la recalcada concha de tu hermana ¿no? Yo reclamo lo que me gané trabajando ¿estás de acuerdo o no? ¡Jugate! ¡Cagón!
--¡Si si! ¡Tenés razón! ¡Tenés razón! ¡Claro! ¿Te llevás mal con algún compañero?
--Yo tengo buen trato con todos. Existen diferencias como en todos lados, pero, es fácil, si tienen huevo me lo dicen en la cara y listo, si se la bancan…
--Lo que pasa es que las diferencias de ustedes se notan demasiado.
--Que dejen de romperme las pelotas, cada uno se junta con quien quiere... Pero eso no quiere decir que nos odiemos... De mi parte estoy tranquilo. Además, cada vez que jugamos no se notaron las diferencias. Las diferencias las arreglamos en el vestuario, decile a Centeno que te cuente…
--¿Qué te dijo Russo cuando le contaste tu situación y la decisión que tomaste?
--Nada. No le gusta que lo garroteen, es vivo. Le expliqué que estaba dispuesto a cagar a trompadas a cualquier ganso que se me cruce, él incluido.
--¿Sentís que te están haciendo el vacío?
--No, los riñones y las mollejas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario